Pie Equino


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Esta patología se puede definir como el pie que se encuentra en una posición de flexión plantar permanente, es decir, el pie se encuentra estirado hacia abajo siguiendo el eje de la pierna.

Fisiopatología:
Arresto del desarrollo fetal en el estado fibular, defectos cartilaginosos del talus, factores neurológicos, inserciones anormales tendinosas

Etiología:
- Mecánica: Por exceso de presión intraútero (oligohidramnios, mioma...) Mejor pronóstico, son flexibles.
- Genética: Trastorno cromosómico no conocido, que se ha observado en algunos casos familiares. Rígidos, mal pronóstico.
- Detención del desarrollo: Se produce si algún factor patógeno detiene el desarrollo del pie entre la 8ª y 10ª semana de vida, momento en el cual el pie del feto es fisiológicamente equinovaro y aún no ha sufrido la torsión necesaria.

Causas:
- Causas relacionadas con alteraciones neurológicas.
- Causas congénitas, es decir, el individuo padece estas enfermedades desde el nacimiento.
- Causas traumáticas.
- Causas relacionadas con procesos reumáticos.
- Producidos por el mantenimiento constante del pie en mala posición.

Síntomas:
- Dificultad para caminar.
- Dificultad para calzarse con un zapato convencional.
- Fatiga muscular.
- Esguinces de repetición.
- Aparición de callosidades en la zona del ante pie.

En ocasiones, alteraciones en la columna vertebral debido a la existencia de dismetrías.

Diagnóstico:
Generalmente, el pie equinovaro severo y de origen congénito se detecta nada más nacer debido a la gran deformidad en pie y pierna.
Para diagnosticar el pie equino es necesario realizar una exploración clínica muy rigurosa, que evalúe la posible causa de la alteración. Dentro de la exploración se hace un fotopodograma para ver el aspecto de la huella del pie. Además, se necesita un estudio radiológico para analizar el estado óseo. El análisis de la marcha nos muestra la posición del pie, pierna y resto del cuerpo a la hora de caminar.

Tratamiento:
El tratamiento del pie equino va a depender de la edad de la persona, de la gravedad de la deformidad y de la causa que origine el problema.
Cuando se da en el nacimiento se intenta corregir por medio de movimientos, estiramientos y la colocación de férulas o aparatos que mantengan una posición adecuada de los pies. Si la malformación es muy severa se suele practicar la cirugía para tratar de corregir el pie.
En el adulto, el tratamiento consiste en unas plantillas ortopédicas que compensen la deformidad del pie y nos ayuden a caminar en mejor posición. Estas plantillas deben ir acompañadas de un calzado ortopédico adecuado que irá modificado para permitir mayor seguridad y confort a la persona.



Artículo: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-doc/clase29.pdf

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